Tener pocas luces

Debajo de mi casa, han abierto una tienda de lámparas, pero no de lámparas cualquiera. Son piezas de arte fuera de los cánones luminosos a los que estamos acostumbrados. Combinan imaginación y una suerte de reciclaje que no es tal, pero que toma elementos de otros campos tan dispares como el esgrima o la grifería para convertirlos en aparatos de luz que se presentan como ingenios de agua o espadachines dispuestos a dejarte "touché". Pero lo que de verdad me ha dejado "touchée" ha sido un comentario concreto del comerciante (lo llamaré así ya que no sé si además sea creador) que allí se hallaba.

Al mostrarnos interesados por el producto, nos ha contado, entre otras cosas, que tanto la marca como él eran de Bologna, a lo que he replicado que yo viví allí durante un tiempo, y le he regalado algunos halagos (a la ciudad, entiéndase). Mi acompañante ha añadido que yo hablaba italiano y yo he dicho quitando importancia al hecho; - "lógicamente, tenía que sobrevivir". Ha sido entonces cuando ha salido a pasear el latin lover que casi todo macho italiano lleva dentro. La conversación sobre la supervivencia ha derivado en este pseudopiropo: - "Bueno, una chica guapa como tú nunca tiene problemas para sobrevivir en ningún sitio". Joder, voy y me entero ahora de que he perdido mi tiempo en aprender idiomas.

Realmente, no me lo he tomado a mal porque he estado rápida contextualizando; venía de un italiano. Si me lo dice uno de Soria, le mando a la mierda con billete sólo de ida. Que nadie me interprete mal. Adoro Italia y a los italianos por muchas cosas, pero no precisamente por ese tipo de comentarios que forman parte de su idiosincrasia. Tengo que admitir que objetualizando a las mujeres están "avanti" por difícil que nos parezca y por mucho que incluso algunos de nuestros jueces se esfuercen por llevarnos a niveles de mierda en esta materia.

Pero, ¿qué habrá querido decir "Marco Paqueti" (lo siento, se ha ganado este alias a modo de venganza)? ¿Que siempre puedo usar mi físico para que me mantengan? ¿Qué sacando a pasear mis "armas de mujer" no necesitaría esforzarme? ¿Que en las mujeres lo de tener cerebro está en un segundo plano y no es cosa mayor como dijo Rajoy de la cerámica de Talavera? No sé. No lo entiendo. Quizás tenga razón y como yo no he necesitado nunca usar el cerebro, se me han oxidado los engranajes. No, no, Julieta, que no te engañen. Esa es la trampa; nos venden a todas horas que es más importante lo que aparentamos por fuera que lo que tenemos por dentro. ¿Igual si dejara de cuidarme y me tapara mucho me tomarían más en serio? Ufff, sería más de lo mismo. Sería seguir arquitectando mi imagen exterior en función de lo que deseo que otros vean en mí. Vaya, que estrés ser mujer.

La única solución que veo es educar mejor a las próximas generaciones. A ellas les diremos que por ser mujeres no están obligadas a parecer perfectas y a ellos, que las mujeres, te parezcan bonitas o feas, no son objetos, ni más o menos inteligentes. Que las hay guapas y talentosas como gilipollas y horrendas, así como miles de otras combinaciones. Como en los hombres. Les enseñaremos a valorar a las personas por su individualidad, no por estúpidos estereotipos colectivos que se inventan las sociedades y van ligados a los sexos. Espero que ahora alguien me tache de feminazi, para terminar de darme la razón. Esa es la nueva etiqueta que algunos y algunas cuelgan a cada mujer que se defiende aunque la defensa esté argumentada.

Hagamos un ejercicio práctico para entenderlo. Si cambiamos en la frase del italiano las palabras "chica guapa como tú" por "persona que quiere aprender" el resultado final es; "Bueno, una persona que quiere aprender nunca tiene problemas para sobrevivir en ningún sitio". Frases así están libres de sexismo, son justas y muestran valores. Esto SÍ es un piropo.

Finalmente voy a coronar esta historia con una moraleja y un poco de sarcasmo, que es de mis armas predilectas. Más que las "de mujer": Las lámparas bonitas también pueden dar luces aunque quien las venda no las tenga.